Al ser la lectura una acción que se aprende a realizar leyendo textos de uso social, es evidente que sería impensable que un sujeto se convierta en usuario de la lectura por si sólo, o fundamentalmente, conoce y utiliza textos que han sido pensados para la enseñanza de la lectura, pero no aquellos que son utilizados habitualmente en la vida social. De ahí la necesidad insustituible de contar con un repertorio lo más rico y variado posible de textos sociales y que sean objeto de interacción sistemática tanto para ser leídos como para ser escritos. Es indispensable por lo tanto, la presencia de, recetas, cómics, anuncios, poesías cuentos, rimas, etc., para hojear, leer, analizar, escribir, comentar, discutir, revisar, confrontar, es decir, que sean auténticos objetos con los cuales realizar diversas acciones que realizamos los que leemos en la vida cotidiana.
ESPACIOS Y TIEMPOS.
La
alfabetización exige disponer de lugares y periodos de tiempos en los cuales
desencadenar las acciones mencionadas que, otras particularidades, necesitan
ser periodos sistemáticos y prolongados.
No se trata de breves momentos esporádicos casuales y puntuales, sino de
oportunidades regulares y duraderas.
Implicaciones para la escuela. Si
en ello consiste un ambiente alfabetizador y es necesario en la formación de un
lector, la escuela debería constituirse en un espacio de esas características.
¿Por qué? Porque si bien hay niños que cuentan con dicho ambiente en su vida
cotidiana debido al entorno familiar y social en el que están insertos –y en lo
que favorece su aprendizaje en la lectura-
no todos los niños cuentan con ello, incluso no lo dispone la mayoría de
los niños, aunque asistan a la escuela. De manera que es responsabilidad de la
escuela aportar esas condiciones; en caso contrario esos niños- la mayoría- no
lograran apropiarse de la lectura para ser progresivamente sujetos
participantes de la cultura letrada. Derecho de todos los niños y, en
particular de todos los niños que asisten a la escuela.
Para abordar otros aspectos
vinculados con la enseñanza de la lectura, es necesario hacer, previamente una
enseñanza de como escriben los niños al inicio del proceso de alfabitización
cuando sus escrituras se caracterizan por no sujetarse al sistema de escritura
socialmente establecido, cuando – podríamos decir- escriben a su “manera”. Esto
es necesario investigar referente al proceso de la escritura, de no hacerlo
habría diversos planteamientos cuya interpretación resultaría difícil.
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